En vísperas de construir un futuro más sostenible, inclusivo y resiliente, el Departamento de Estado de EE. UU., ICLEI-Gobiernos Locales por la Sustentabilidad, Resilient Cities Catalyst y el Instituto de las Américas anunciaron recientemente el listado de ciudades latinoamericanas, del Caribe y Estados Unidos que participarán en el programa “Cities Forward” (Ciudades en movimiento). La ciudad de Rosario en Argentina fue elegida para trabajar en conexión con la ciudad de Chattanooga, Tennessee en Estados Unidos.
En el marco de la Cumbre de Ciudades de las Américas, el programa “Cities Forward” fue lanzado bajo la premisa de ayudar a las ciudades a implementar soluciones que creen un entorno sustentable a nivel ambiental, económico y social buscando alcanzar la sustentabilidad urbana, la resiliencia y la inclusión en las comunidades y barrios desde el intercambio de conocimientos, el diseño en conjunto y diversos proyectos de alto impacto. Desarrollando planes de acción locales y priorizando las necesidades de sus ciudadanos y aquellas comunidades más desatendidas, se aspira a construir alianzas con líderes y expertos locales en los Estados Unidos dando lugar a oportunidades de inversiones y financiamiento para implementar los planes de las ciudades en América Latina y el Caribe.
Entre las 24 ciudades participantes del programa que reúnen a Ambato, Ecuador con Filadelfia, Pensilvania; Cali, Colombia con Baltimore, Maryland; Renca, Chile con Evanston, Illinois; Cartagena, Colombia con Denver, Colorado; Fortaleza, Brasil con el Condado de Hawái, Hawái y muchas otras más, se encuentra la ciudad de Rosario agrupada con Chattanooga, Tennessee.
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Guía de arquitectura en Rosario: 12 sitios que todo arquitecto debe conocerSobre el extremo sudeste de la provincia de Santa Fe en Argentina, Rosario se ubica en la margen derecha del río Paraná, cuya ribera fue recuperada durante la última década del siglo XX debido a la reorganización de los terrenos portuarios y ferroviarios que la ocupaban. En base al informe de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la ciudad se declaró como el enclave urbano "más verde” del país contando con un promedio de 12 metros cuadrados verdes por habitante.
Como sostuvo Pilar Bueno, subsecretaria de Cambio Climático y Transición Ecológica Justa del Municipio, el proyecto elegido se enmarca dentro del Plan Local de Acción Climática en relación a las acciones de riesgos climáticos y resiliencia. Al hablar de riesgos climáticos hacen referencia a aquellos posibles daños causados sobre las personas y los ecosistemas como producto del impacto del cambio climático que involucran sequías, inundaciones, olas de calor y demás. Su objetivo plantea apoyar a las microempresas y microemprendedores a identificar sus principales riesgos climáticos, evaluarlos y desarrollar acciones específicas para actuar frente a ellos.
Ahora bien, ¿por qué Rosario ha sido elegida para trabajar en conjunto con la ciudad de Chattanooga en Tennessee? La historia de Chattanooga se remonta a finales de los años 60 cuando el gobierno de los Estados Unidos la catalogó como ‘la ciudad más sucia de América’ y se vio obligada a cambiar por los impactos económicos, sociales y de salud de los altos niveles de contaminación industrial. De esta manera, la ciudad pasó a convertirse en “capital de desarrollo sostenible” contando con autobuses eléctricos, kilómetros de parques ribereños y uno de los programas de bicicletas compartidas más amplios de la región. Si bien la ciudad continúa experimentando y todavía sufre de expansión urbana crónica y pérdida de hábitat y tierras agrícolas, el Consejo Presidencial para el Desarrollo Sostenible ha reconocido su éxito como modelo de sostenibilidad para otras ciudades inspirando a diversas comunidades del mundo.
En fin, todos los participantes que intervienen en el programa “Cities Forward” irán compartiendo en los próximos dos años sus desempeños sobre aquellas áreas que les resulten de mayor interés en relación a diversas temáticas como el calor extremo, la gestión de cuencas hidrográficas y recursos hídricos, la reducción de gases de efecto invernadero, energía renovable, movilidad y acceso al transporte, infraestructura verde y espacios verdes para comunidades desatendidas, circularidad y control de la contaminación por plásticos.
